miércoles, 15 de septiembre de 2010

MANTENIMIENTO PREVENTIVO DEL DISCO DURO

MANTENIMIENTO DEL DISCO DURO


El disco duro es uno de los componentes de nuestra computadora (ordenador, PC) más sensibles y por ello requiere cuidado y mantenimiento para mantenerlo siempre funcionando como nuevo. Es recomendable que el espacio libre de un disco duro no debe ser inferior al 10% de su capacidad total, y cuando se llega a este límite es necesario borrar archivos innecesarios, desinstalar programas que no se usen, comprimir archivos o en ultima instancia comprar un disco duro de mayor capacidad.

Como en muchos aspectos, la prevención es la mejor arma para evitar posteriormente fallos o incluso pérdida de información. Algunos de estos fallos se muestran a continuación:

1. Poco espacio disponible (a menudo como consecuencia de archivos innecesarios)

2. Espacio del disco asignado a dos o más archivos, conocido como "direccionamiento cruzado de archivos"

3. Cadenas o clusters perdidos, es decir: espacio ocupado en el disco (aparentemente) pero no asociado a ningún archivo o carpeta.

4. Copias 1 y 2 no coincidentes de la FAT, es decir dos copias idénticas de la FAT (File Allocation Table) que se mantienen en el disco duro como medida de seguridad pero que se detecta que no coinciden, lo que provoca que se emita un mensaje de alarma.

5. Sectores alterados o dañados:

a) Sector de arranque alterado o dañado (por virus, cortes de energía abruptos, descargas eléctricas, por la edad del disco).
b) Sectores físicamente dañados (por ejemplo por envejecimiento, exceso de humedad, calor, etc., uso abusivo prolongado, fallo súbito de energía, golpes).

6. Alto porcentaje de fragmentación, esto se puede corregir facilmente siguiendo el articulo DESFRAGMENTAR


Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que se trata de un elemento de alta precisión, con unos discos internos que giran normalmente a 7.200 rpm y con unas cabezas lectoras que se desplazan a una gran velocidad a una distancia de los discos que se calcula en micras (una mota de polvo no cabe entre la cabeza y en disco), pero que en ningún momento pueden tocar este, ya que entonces ocurriría lo que se conoce como un aterrizaje de cabezales, con el consiguiente daño tanto para el disco como para el cabezal.
Con todo esto, la primera conclusión que se saca es que no es nada recomendable hacer movimientos bruscos del equipo si este está encendido, ya que hay que tener en cuenta que si bien las cabezas cuando no están leyendo o escribiendo se encuentran en una posición de reposo (en los discos muy antiguos había que aparcar los cabezales), un golpe o movimiento brusco pueden desplazar los cabezales, produciéndose el aterrizaje ya mencionado.
Con los discos externos debemos tener especial cuidado, ya que, aunque esté apagado, un golpe fuerte puede dañar el disco de forma irreparable.
También debemos asegurarnos de que tenga las menores vibraciones posibles, ya que un exceso de vibraciones en el disco duro puede llegar a dañarlo.


Otro factor muy importante es la temperatura de funcionamiento del disco. Un disco duro suele tener una temperatura de trabajo de entre 45º y 50º, con un tope operativo de sobre 60º. Unas temperaturas superiores a estas pueden causar un mal funcionamiento y, a la larga, provocar una avería. Es muy conveniente, sobre todo si nuestros programas o hábitos de uso del ordenador implican unos accesos al disco constantes y grandes, que le pongamos algún medio de refrigeración extra. Hay en el mercado disipadores diseñados especialmente para los discos duros que no son caros y van muy bien.
También es conveniente limpiarlo a menudo. Recordad que el polvo hace de aislante e impide una buena refrigeración.

Fundamental es que los voltajes que recibe sean los correctos (recibe tanto 12v como 5v), por lo que una buena fuente de alimentación y un estabilizador son dos cosas muy importantes para la salud de nuestro disco duro, aunque esto es común para todo el ordenador.
Una bueno forma es hacer un buen mantenimiento de éste de forma periódica, procurando que la información de se encuentre lo menos fragmentada que sea posible. Con ellos no es que las cabezas vayan a efectuar menos operaciones de lectura/escritura (que van a hacer las mismas), sino que los desplazamientos de las cabezas van a ser menos bruscos y menos amplios. Esto va a afectar sobre todo al rendimiento del disco duro y de paso también en su conservación, ya que movimientos menos bruscos y amplios significa también generar menos temperatura.

Por último, vamos a ver cuales son los grandes enemigos de nuestro disco duro:

- Golpes y movimientos bruscos.
Esto es muy malo con los discos en movimiento, pero también lo es con los discos parados, incluso desconectados.

- Una mala alimentación.
Una mala alimentación y cortes o sobrecargas eléctricas pueden incluso dejar nuestro disco totalmente inutilizado.

- Una mala refrigeración.
Un trabajo constante por encima de su temperatura media de funcionamiento termina por bajar su rendimiento y por estropear físicamente el disco duro.

- Una fuente magnética muy intensa.

Una fuente magnética muy intensa no sólo nos puede borrar los datos, sino que puede dañar de forma irrecuperable los discos internos de nuestro disco duro. Evidentemente un disco duro está bastante bien protegido, pero cuando lo tengamos desinstalado debemos tener mucho cuidado y mirar muy bien donde lo colocamos.

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